jueves, diciembre 13, 2012

La Hora del Cuento: “La Historia de la Sopera y el Cucharon”


La Biblioteca Pública de la Casa de la Cultura en Cancún, invita a los niños de 6 a 13 años de edad para asistir a la Hora del Cuento, el jueves 13 de diciembre a las 17:00 horas, con la fábula “La Historia de la Sopera y el Cucharon” de la autoría de Michael Ende de la colección “Otros Mares”.
Como es costumbre la bibliotecaria señora María Isabel Flota Medrano acompañada de la señora Gerónima López Gómez nos adelanta: “Había una vez dos reinos situados a ambos lados de una montaña muy alta.
Uno estaba a la izquierda y otro a la derecha. Por esa razón, la gente se refería a los respectivos reyes con el Rey de la izquierda y el Rey de la Derecha. No piensen que había algún otro motivo especial para ello. Simplemente se les decía así y bien pudiera haber sido al revés.
La montaña, además de muy  alta era bastante difícil de escalar. Nadie se aventuraba a cruzarla, de tal suerte que los dos reyes tenían pocas noticias uno del otro y no se preocupaban gran cosa por los asuntos del otro reino. Tratándose de reyes, eso era más bien una ventaja.
El Rey de la Derecha se llamaba Quejibaldo y el Rey de la Izquierda, Pantufaldo.
Desde luego, cada uno tenía una reina que la ayudaba a gobernar.
La esposa de Quejibaldo respondía al nombre de Querellina y la de Pantufaldo se llamaba Pantomima.
Los dos reinos eran muy pequeños y no había mucho que gobernar. Por lo tanto quejibaldo y Querellina practicaban minigolf en el jardín del palacio, en verano por supuesto. Y en invierno se dedicaban a jugar lotería en el salón del trono. Pantufaldo y Pantomima, en cambio, jugaban bádminton en verano y durante el invierno, encerrados en el salón del trono, jugaban competencias de solitarios.
Ésta era la única diferencia entre los dos palacios.
Un buen día, las dos reinas dieron a luz al mismo tiempo. Pantomima tuvo un niño y Querellina una niña. Al príncipe lo llamaron Terciopelo, y a la princesa, Tafetina.
Con motivo del bautizo, las dos casas reales enviaron invitaciones a sus parientes.
Pero los reyes y las reinas suelen tener una parentela muy numerosa y enredada. Así que sucedió lo que ha pasado también en otros cuentos: tanto a la derecha como a la izquierda se olvidaron de invitar a una tátara-tátara-primas hermana en décimo tercer grado.
Por desgracia se trataba de una dama sensible, quisquillosa, emparentada para colmo de males tanto con la Casa Real de la Izquierda como con la Casa Real de la Derecha.
La dama en cuestión se llamaba Serpentina Triquiñuelas y vivía en un país lejano donde tenía un nombre totalmente diferente.
Su profesión conocida era la de domadora de pulgas pero, extraoficialmente, en secreto. Era un hada: un hada mala.
Serpentina Triquiñuelas tomo este asunto muy, pero muy en serio.
Se decía a sí misma:
-Si me hubiera olvidado sólo uno de los reinos, asistiría a la fiesta del otro, o a la inversa. Pero que los dos me hayan olvidado, ¡es el colmo!... ¡Me van a conocer! ¡Y de tal manera que se acordarán de mi por mucho tiempo.
¿Les gustaría saber que trama Serpentina Triquiñuelas? Asistan este jueves a la Hora del Cuento y descúbranlo.
Secretaría de Cultura/Casa de la Cultura de Cancún/Boletín de Prensa  13 diciembre 2012

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